El 9 de febrero de 2009 ocurrió un episodio de una gran crecida del río Tartagal, en el norte de la provincia de Salta, cerca de la frontera con Bolivia. A su paso por la ciudad de igual nombre, el fenómeno produjo una gran devastación, rotura de obras de infraestructura, destrucción de numerosas viviendas y zozobra generalizada en la población, que se sintió fuertemente vulnerable y afectada.
El concierto de voces ambientalistas no tardó en expresarse con un dictamen como siempre repetitivo, lapidario y genérico: «todo fue por culpa de la deforestación y la siembra de soja, más la devastación de las petroleras». La mayor parte de los medios gráficos, radiales y televisivos difundieron hasta el cansancio tales argumentos, sin recabar opinión en ambientes menos dogmáticos y más objetivos. Es que importaba más actuar «a tono» con el discurso de moda que buscar la verdad de los hechos, lo que hubiera permitido actuar en firme para evitar repetición de errores y daños.
Informes elaborados por calificados técnicos de la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación y la interpretación por este autor de información recopilada de diversas fuentes, como por ejemplo del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), permitieron tener una visión realista de lo ocurrido, lo que se tradujo en la conclusión de que se trató de un fenómeno natural extremo (lluvia muy intensa) en un ambiente natural extremadamente débil, preexistente al fenómeno, en el cual las acciones del hombre tuvieron muy poco que ver, desmintiendo así la interpretación maniquea de muchas ONGs ambientalistas.
En el artículo titulado » El desastre natural de Tartagal», publicado en la revista CET, de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán, Número 18, octubre/2009, el autor vuelca sus análisis y conclusiones sobre aquel episodio que conmovió a la región y el país. El fuerte impacto que el fenómeno tuvo sobre la sociedad llama a definiciones estratégicas para asegurar la ciudad hacia el futuro. ¿Actuar sobre la cuenca o sobre la ciudad?. Se propone actuar sobre el ámbito urbano, reduciendo su vulnerabilidad a los extremos naturales, por ser más eficaz, cierto y de menor costo global.
On February 9, 2009, an extraordinary flood happened in Tartagal River, which flows through the
eponymous city. The natural phenomenon carried a large amount of sediment and unusual amount of
tree trunks and branches. The collapse of a railway bridge caused a blockage of the channel and a large
flooding of the town resulting in heavy damage to the population, three deaths and hundreds of
evacuated people.
The basin is characterized by a geology of deep soils lying on weak sedimentary rocks, steep slopes and
dense forest vegetation. The serious environmental incident was a combination of a strong saturation of
soils by preceding rains and a final high-intensity rainfall that caused numerous landslides into riverbeds,
providing large amount of solid material and trunks transported in downstream direction by the flood.
Despite immediate environmental interpretations attributing the phenomenon to human action (deforestation
and oil activities in the basin) was quite obvious the natural causes of the phenomenon and
the high vulnerability of the city. Both facts caused a natural disaster which severely affected a human
environment.
There was a history of such processes in basins of the surroundding region, but in inhabited areas and
not the magnitude of which happened in Tartagal river.
The consequences of what happened require the adoption of strategic definitions for the town towards its
future. ¿Should the local government act on the basin or on the urban risk? It is proposed to act on urban
areas, reducing their vulnerability to natural extremes, being this more efficient, and certainly of less
overall cost.
Descargar El desastre natural de Tartagal(provincia de Salta-Argentina)