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DRENAJE PLUVIAL URBANO
PLANTEO DE OBJETIVOS BÁSICOS PARA YERBA BUENA (Tucumán, Argentina)
Febrero de 2016

El presente texto traduce las opiniones personales del autor, transformadas en recomendaciones para una política aplicable al municipio de Yerba Buena para afrontar los problemas de manejo de aguas pluviales urbanas, considerados de fuerte incidencia en la vida y las posibilidades de desarrollo de la ciudad. Fue redactado entre diciembre de 2015 y febrero de 2016, aunque no fue presentado a las nuevas autoridades municipales. La síntesis se apoya en las experiencias del autor desarrolladas en el ámbito del municipio de Yerba Buena y como Jefe dela Comisión de Desagües Pluviales en la Dirección de Obras Públicas de la Municipalidad de S.M. de Tucumán (1990-1996).

 

UBICACIÓN

El Municipio de Yerba Buena se ubica al oeste del municipio de San Miguel de Tucumán, capital de la provincia homónima. Tiene una extensión de 10 km2 y una población de 70.000 habitantes. Se extiende en el espacio entre la Capital y el pie de la Sierra de San Javier. Constituye un área históricamente considerada como “ciudad jardín”, por su naturaleza esencialmente residencial con alta presencia de espacios verdes, pero sometida a un fuerte crecimiento urbano acompañado por la eliminación de esos pulmones de vegetación y un desarrollo inmobiliario caótico y sin acompañamiento de infraestructura de drenaje pluvial.

 

PUNTOS DE PARTIDA

Lamentablemente, es inevitable aplicar, para cualquier gestión de gobierno que se inicia, el justificativo de “la pesada herencia recibida”. No se trata de endilgar al gobierno saliente la culpabilidad de todos los problemas actuales. En realidad la situación presente es el resultado de muchas décadas y gobiernos en los que Yerba Buena creció en modo caótico, sin planificación, a pulsos de iniciativas y pretensiones de los particulares, con gobiernos desinteresados en el ordenamiento de la urbanización, incapaces de aplicar normativas e ignorantes de las consecuencias acumulativas de todos esos procederes. El resultado, desde el problema de las aguas pluviales, es la acumulación de grandes caudales en las calzadas, la irrupción en las propiedades privadas, la inhibición de la circulación vehicular y peatonal, las inundaciones de zonas bajas habitadas, el deterioro de la infraestructura (pavimentos, puentes, alcantarillas, redes de agua y cloacas), el alto costo de reconstrucción y mantenimiento, etc.

Desandar tan irracional camino es lógicamente inviable, puesto que la ciudad conformada hasta aquí ya se consolidó en configuraciones irreversibles (por ejemplo, su amanzanamiento y los anchos de calles). Cabe entonces analizar cuáles son las políticas aplicables hacia el futuro para corregir o mitigar los aspectos negativos de la ciudad en materia de drenaje, por una parte, y ordenar el crecimiento futuro sobre pautas y normas que eviten la repetición y/o agravamiento de los problemas ya generados históricamente.

Con su crecimiento caótico en las últimas décadas, Yerba Buena desaprovechó la oportunidad de contar con una situación favorable, al tratarse de un espacio originalmente virgen para la planificación urbana.

Existe un Código de Planeamiento que, si bien dista de ser óptimo, fue sistemáticamente ignorado o violado con anuencia u omisión de las autoridades.

El crecimiento urbano fue presidido por inversiones en grandes emprendimientos tipo shopping, countries, barrios privados y barrios masivos del IPVDU que establecieron una realidad corsé sobre el crecimiento y desarrollo futuro de YB, condicionando además fuertemente la resolución de muchos problemas, como accesibilidad, enlaces viales, redes de desagües pluviales, etc.

En el verano de 2015 hizo eclosión la suma acumulada de problemas de imprevisión, crecimiento desordenado, falta de obras de infraestructura de drenaje pluvial y deterioro de la existente. La resultante, además de los daños a la población fue un enorme grado de destrucción de la infraestructura colectora principal. El Canal Sur, el Canal Cainzo y el Canal Yerba Buena fueron superados en su capacidad de conducir aguas y, en partes muy importantes, destruidos.

La infraestructura de drenaje pluvial en el municipio es casi inexistente y las vías de salida de las aguas pluviales son antiguos zanjones que datan de las épocas de una Yerba Buena rural. Una obra nueva como el Colector del Bulevar 9 de Julio (actualmente en construcción), muy importante en su costo, es altamente cuestionable en su concepción y su utilidad será relativa a escasa y hasta contraproducente, como se verá más adelante.

El grado de complejidad de la situación del municipio conduce a la necesidad de tener bien en claro su naturaleza para poder formular una política al respecto.

 

DESCRIPCIÓN SINTÉTICA DE LA SITUACIÓN DE YERBA BUENA

La ciudad de Yerba Buena es un conglomerado urbano con una población actual de más de 70.000 habitantes (censo 2010). Es un rectángulo de aproximadamente 5 km de longitud este – oeste y 4 km de ancho norte –sur, que fue creciendo las últimas décadas hacia el norte y el sur por sucesivas anexiones.

El territorio es una planicie inclinada de dirección NO-SE que se recuesta sobre el pedemonte de la Sierra de San Javier. Así, la zona edificada tiene fuertes pendientes en esa zona oeste que se suaviza hacia el este. Ello determina la naturaleza de los escurrimientos pluviales (velocidad de concentración, problemas de erosión, etc.)

Luego de la construcción de los canales de desagüe planteados por el plan de Decio Costanzi en los 60, es decir el Cainzo-Las Piedras, el Canal Sur y el Yerba Buena (ver figura 1), el espacio territorial de Yerba Buena quedaba en principio aislado de aportes que bajaban de la Sierra de San Javier y restaba diseñar un sistema de desagüe interno que evacuara las aguas entregándolas a esos cuerpos receptores. Tal sistema de desagüe pluvial se fue armando irregularmente en base a canalizaciones precarias y zanjones que conducen las aguas con muy fuertes limitaciones, escurriendo la mayor parte de las aguas por las calzadas y concentrándose progresivamente hasta descargar en los zanjones y los canales Sur y Yerba Buena.

El principal problema generado por las precipitaciones pluviales en Yerba Buena reside en la falta de manejo de los escurrimientos superficiales que se generan por su acumulación en su recorrido de dirección dominante norte-sur y noroeste-sudeste.

Figura 4-5 001

Figura 1.- Área Metropolitana del Gran S.M. de Tucumán. Principales desagües.

No hubo nunca un sistema de desagües pluviales planificado y la red existente fue evolucionando anarquicamente a medida que se producía la expansión urbana. Salvo el pequeño canal de desagüe que va bajo la platabanda central de la Avda. Aconquija, el canal de la calle Saavedra Lamas, ambos revestidos, y el entubamiento en la vereda norte de la Av. Perón, todos los demás son zanjones precarios incluyendo las dos principales vías de salida de desagüe que son el del Boulevar 9 de Julio y el de calle San Luis (figura 2).

Hay varias calles de concentración de aguas como Perú, Salas y Valdez, Uruguay, Aragón, Roca, Reconquista, etc. y las vías colectoras importantes como las Av. Aconquija y Solano Vera terminan recibiendo y conduciendo grandes caudales hacia aquellos cuerpos receptores finales (zanjón del Bulevar 9 de Julio y zanjón San Luis-Canal Yerba Buena respectivamente). Esas dos avenidas son vías principales de acceso a Yerba Buena y nexo con la Capital y el Sur provincial, por lo que en ocasiones de tormentas intensas, además de los trastornos circulatorios urbanos generales por gran cantidad de calles transformadas en canales pluviales, los accesos y salidas de Yerba Buena quedan prácticamente paralizados. La intensa campaña de pavimentación desde el año 2007 aumentó drásticamente la escorrentía superficial a un punto tal que no son necesarias lluvias muy intensas para que se pongan de manifiesto los anegamientos de las calzadas y las serias dificultades de circulación interna.

Figura 4-22

Figura 2 – Vías actuales de desagüe pluvial de Yerba Buena.

Son canales revestidos solamente el Yerba Buena, Horco Molle, Saavedra Lamas y Sur. Los demás son zanjones naturales o remanentes de obras destruidas. Por Av. Aconquija va, bajo platabanda, un pequeño canal de muy escasa capacidad de conducción.

Históricamente, el drenaje urbano no fue considerado entre las obras de infraestructura prioritarias para este municipio. Escasas obras de infraestructura se hicieron para desaguar barrios específicos con situaciones críticas (caso barrios Portal del Cerro, Horco Molle, etc.) y la más significativa es el desagüe en el flanco norte de la Av. Perón, construido en ocasión de la construcción de esa arteria, como medio para desaguar la misma y sectores aledaños de futura urbanización. Por diversos problemas de diseño y construcción tales obras son en general deficientes en solucionar los problemas, presentándose frecuentemente acumulaciones de caudales y anegamientos que ponen en evidencia esas fallas. Demás está decir que los zanjones de drenaje en general tienen muy escasa conservación y se encuentran enmalezados o con acumulaciones de basuras y escombros, a lo que se suman obras de acceso a propiedades que estrechan u obstruyen el flujo, reduciéndose drasticamente su capacidad de evacuación de caudales.

PLAN DIRECTOR DE DRENAJE PLUVIAL DE YERBA BUENA

En el año 2006 se elaboró el Plan Director de Drenaje Pluvial de Yerba Buena. En él se planteó un conjunto de colectores de desagüe pluvial con descarga, en su gran mayoría, al Canal Sur. Sólo uno descargaría al canal Yerba Buena, que también entrega finalmente al Canal Sur.

Quien esto escribe formuló diversas advertencias sobre errores estratégicos en el citado plan. Ellas fueron planteadas en diversas ocasiones y en particular en ocasión de decidirse la construcción del Colector del Bulevar 9 de Julio. Si bien no es conducente detallar aquí las ocasiones en que se dieron las objeciones, merece señalarse cuales fueron éstas. Puede accederse a copia de la presentación en el link “Yerba Buena-Presentación por el Colector Pluvial del Bulevar 9 de Julio”. Brevemente las exponemos:

1. Objeción de enviar la mayor parte de los colectores de desagüe hacia el Canal Sur. Este gran colector, concebido para protección de la capital frente a los aportes que bajan de la Sierra de San Javier y que atraviesan el área pedemontana urbanizada desde Tafí Viejo hasta San Pablo, ha evidenciado no sólo que es insuficiente en su capacidad sino que ha sufrido un enorme grado de destrucción, casi imposible ya de detener con las tareas de reparación que se realizan como trabajos de emergencia. Sobrecargar una obra insuficiente es evidentemente una mala decisión estratégica, a menos que se reformule totalmente la ingeniería del Canal Sur, aumentando drásticamente su capacidad de conducción de caudales. Sin dudas, ello conlleva la necesidad de importantes inversiones, pero antes de ello, un meduloso estudio sobre las mejores opciones estratégicas.
2. Descargas al Canal Sur. No se tuvo en cuenta que este cuerpo receptor principal, al escurrir frecuentemente con plena capacidad (máximo nivel del agua), provocará remansos en todos los colectores que entregan a él, en particular al del Bulevar 9 de Julio actualmente en construcción, impidiendo su descarga y provocando desbordes dentro del ámbito de Yerba Buena.
3. Orden de prioridad de las obras. En el Plan Director se plantearon diversas obras de desagüe que colectarán aguas que se van acumulando en su escurrimiento general norte-sur y noroeste-sudeste, desde Av. Perón hasta el canal Yerba Buena. Se definieron las cuencas de aporte para cada una de ellas y se dimensionaron las obras para captar y conducir los caudales correspondientes a cada cuenca (ver en link citado anteriormente croquis gráfico al respecto).
Para que ello funcione, se deben construir las obras en un cierto orden; de lo contrario, ellas reciben caudales superiores a los que se tomaron para diseño y por tanto colapsan sin prestar el servicio o utilidad esperada. Tal orden racional de prioridades de ejecución no existió en el Plan Director. Como resultado, se decidió iniciar por el colector del Bulevar 9 de Julio, siendo esa obra la de último lugar en la secuencia lógica. Se cometieron los mismos errores ocurridos en el ejido de la capital, que constituyen fracasos históricos que, lamentablemente, no se aquilataron.
4. Efectos en la primera obra encarada.- Como resultado de lo antedicho, la primera obra encarada, el colector del Bulevar 9 de Julio, constituye una mala decisión en materia de planeamiento de manejo de aguas pluviales en el ámbito urbano de Yerba Buena. Recibirá mucha más agua que la que tiene prevista, no podrá descargar adecuadamente en el canal Sur, y por tanto no resolverá los problemas de inundaciones que se pretende afrontar.

Como corolario de lo expuesto, la principal crítica de la que es pasible la administración Toledo (2007-2015), que tomó la decisión de su construcción, no deriva esencialmente de los errores de planeamiento e ingeniería (un intendente no tiene porqué dominar esas materias), sino de haberse embarcado en obras de gran impacto urbano, de alcance estratégico, sin otro asesoramiento que el de sólo un profesional, sin haber sometido las propuestas de largo plazo al análisis y evaluación de instituciones que podían haber oficiado como organismos de control y aval para tan importantes decisiones, que pautarán la vida urbana de Yerba Buena por muchas décadas hacia el futuro. Puede agregarse como grave la falta de previsión de la Administración en organizarse para hacerse cargo de una obra muy importante que requerirá un servicio de operación y mantenimiento, capacidad de la que se carece actualmente.

Finalmente, cabe tener en cuenta la falencia puesta en evidencia por los organismos gestores de la financiación de la obra (Norte Grande Hídrico y BID), quienes auditan técnicamente los proyectos a financiar y a los cuales, aparentemente, pasaron desapercibidos los importantes aspectos comentados.

 

PROPUESTA DE ACCIONES PARA LA NUEVA GESTIÓN MUNICIPAL 2015-2019

En breves párrafos se sintetizan sugerencias de lineamientos estratégicos que, a juicio de quién escribe, convendría tener en cuenta para encarar una acción municipal eficaz sobre un tema complejo y dificultoso para la ciudad.

Es bien sabido que la ciudad de Yerba Buena, al igual que todas las ciudades de la provincia, carece de capacidad económica para afrontar las obras públicas necesarias para el manejo de los problemas de las aguas pluviales del ejido. Sin soporte del gobierno Provincial y de planes nacionales no será factible lograr la construcción de las obras. Sólo le cabe entonces al Municipio estudiar a fondo las obras necesarias para solucionar los problemas, prever las necesidades futuras, planificar las soluciones y establecer las normativas requeridas para regular el crecimiento de la ciudad, desencadenante de los agravamientos acumulativos de los problemas de escurrimientos de las aguas de lluvias.

A.- Revisión del Plan Director de Desagües Pluviales del Gran S.M. de Tucumán

Objetivos: Revisar los principios de planeamiento de las redes, el crecimiento real de las ciudades, la real hidrología para diseño, los proyectos de ingeniería de las obras a la luz de la destrucción ocurrida, el orden de ejecución de las obras planteadas y las acciones no estructurales necesarias.
Revisión de la calidad técnica de los proyectos ya elaborados.

Esta tarea, imperiosa a todas luces, debe consistir en requerir del Gobierno Provincial que se encare la revisión del sistema general de desagüe del conglomerado Gran San Miguel de Tucumán, compuesto por los canales Norte, Sur, Cainzo-Las Piedras, San José y Yerba Buena. Como ya se dijo, ese sistema ya evidenció reiteradas veces su insuficiencia y, a su vez, sufrió un grado de destrucción tal que amerita evaluar lo que es necesario corregir y mejorar antes de la reconstrucción.
Esta revisión es altamente necesaria ya que la problemática afecta a varios municipios (Capital, Las Talitas, Tafí Viejo y Yerba Buena).

En lo que al sistema de colectores pluviales internos de Yerba Buena compete, los cambios que se planteen en los cuerpos receptores principales mencionados incidirán en su reformulación.

Se deberá gestionar ante las autoridades provinciales con jurisdicción en el sistema general de desagües (Secretaría de Obras Públicas y Dirección Provincial del Agua) la realización de los estu-
dios y proyectos de reformulación de ese sistema general, procurando preservar el derecho de participación de la Municipalidad de Yerba Buena en las decisiones que surgieren.

B.- Obras dentro del área del municipio

El municipio debe resolver en primera instancia los aspectos cuestionables del Plan Director y encarar las obras que resulten del mismo con un ritmo sostenido de inversiones, por lo que deberá inexorablemente recurrir al apoyo del gobierno provincial y gestionar fondos nacionales y/o internacionales. Resolver la red interna de la ciudad está atado a resolver la capacidad de los cuerpos receptores troncales, de jurisdicción provincial (canales Sud, Cainzo-Las Piedras y Yerba Buena).

Las escasas obras de desagüe existentes en la actualidad dentro de la ciudad son casi irrelevantes en su desempeño frente al gran crecimiento que se dio en las últimas décadas. Algunas pequeñas mejoras en la captación de agua de calzadas puede acometerse en el colector por avenida Perón, que resultaron muy ineficientes por su mala ingeniería. En diversos canales o zanjones, mejorar las captaciones y su capacidad implica trasladar los problemas a otras partes de la ciudad, ya que en realidad no tienen cuerpos de agua a dónde entregar los caudales (ejemplo Saavedra Lamas).

C.- Obra Colector del Bulevar 9 de Julio

Principio: Involucrar al Municipio en la supervisión de la calidad de la obra y evaluar posibilidades correctivas dentro del marco del contrato. El Municipio deberá hacerse cargo del mantenimiento y la operación de la obra una vez concluida. Ello debería ser razón suficiente para plantear su derecho a involucrarse, de modo de evitar a tiempo los eventuales problemas futuros que se originen en defectos de proyecto y de construcción.

Esta obra, si bien prevista en el Plan Director, como ya se dijo, debería haber sido encarada en último término dentro del conjunto de obras previsto en el plan. A raíz de ello, una vez concluida y entrada en servicio, no prestará la utilidad esperada puesto que recibirá aguas pluviales de una cuenca de aporte mucho mayor a la que se definió para el proyecto. Asimismo, tiene el error de concepción de entregar sus aguas al Canal Sur, el que frecuentemente se colma en su capacidad e impedirá la descarga del Colector del Bulevar. La consecuencia de ello será que, por efecto remanso, este colector entrará en presión varios cientos de metros a lo largo del bulevar y no tendrá capacidad de conducción de caudales, ocasionando emergencia de aguas hacia la calzada y falta de captación de la que vendrá por ellas.

  • Evaluar las atribuciones del Municipio según las estipulaciones del préstamo BID y del Contrato de Obra.
  • Solicitar a la Secretaría de Obras Públicas de la Municipalidad y de la Provincia, la Inspección de Obras, etc., copia del proyecto y del contrato. También de los libros de Órdenes de
    Servicio y de Notas de Pedido.
  • Sobre la base de la información obtenida, evaluar la posibilidad de adoptar medidas correctivas para mitigar al menos las insuficiencias de la obra.

D.- Obra Colector Solano Vera-San Luis

Principio: Tratar de asegurar la participación de la Municipalidad en el control de calidad y planificación de las obras y en lo referente a la ocupación del espacio público, interferencia con otras redes, reorganización del tránsito. Evaluar el proyecto licitado para detectar eventuales aspectos que pudieren ser mejorados o corregidos.

  • Pedir Pliego Licitatorio a la SEOP, municipal y provincial, NOA Hídrico, etc.
  • Analizar calidad del proyecto y modelo de contrato.
  • Buscar de tomar conocimiento del proceso de evaluación de propuestas licitatorias y evaluar la marcha probable del contrato. Tener presente de que todo hecho inconveniente que incida en la calidad operativa de la obra y en su eficaz desempeño deberá ser afrontado por el Municipio.

E.- Formulación de un Código de Drenaje Pluvial Urbano.

Principio: Establecer normativa para iniciar un proceso de ordenamiento urbano que tienda a controlar y limitar los aspectos negativos de la acumulación de aguas pluviales en el ambiente urbano de Yerba Buena, haciendo confluir acciones públicas y privadas que permitan manejar el problema a futuro.

  • Elaboración del Código de Drenaje Pluvial Urbano.
  • Tratamiento y puesta en vigencia por el H. Concejo Deliberante.

F.- Creación del Departamento de Drenaje Pluvial Urbano

Tendrá como misiones:

  • Elaborar los planes y proyectos de drenaje pluvial en el área urbana actual y sus futuras expansiones.
  • Planificar y establecer pautas para el manejo de las aguas pluviales dentro del ámbito municipal.
  • Aprobar los proyectos de manejo de aguas pluviales de los emprendimientos privados y de los planes de vivienda oficiales.
  • Operar las redes de desagües pluviales y hacerse cargo de su conservación y mantenimiento.
  • Velar por el cumplimiento del Código de Drenaje Pluvial Urbano.
  • Asesorar al ejecutivo Municipal en todo lo referente a la temática de drenaje pluvial en el ámbito municipal. En particular sobre normativas sobre aspectos urbanos y edilicios que puedan formar parte de la mitigación de los fenómenos de las aguas pluviales (usos del suelo, retenciones en parcelas, etc.).

Ing. Franklin J. Adler

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Franklin Adler

Autor Franklin Adler

Ingeniero civil hidráulico, ex docente, consultor y experto en la problemática hídrica del Tucumán y el país. Ingeniero Civil, orientación Hidráulica, de la Universidad Nacional de Tucumán (1969). Fue Jefe de Proyectos de obras civiles e hidráulicas y Jefe de Estudios Básicos en la ex Empresa del Estado Agua y Energía Eléctrica, Jefatura Región I (Noroeste) de Estudios y Proyectos 1969-1985. Fue jefe del proyecto del aprovechamiento hidroeléctrico Potrero del Clavillo (Tucumán y Catamarca) y aprovechamientos de la cuenca alta del río Bermejo (Salta). Ex docente en el Área Hidráulica (Presas de embalse e Hidráulica Básica) de la carrera de Ingeniería Civil de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán (1995-2011). Consultor de empresas privadas y organismos públicos en diversos temas de hidráulica, recursos hídricos y geotecnia. En particular en problemáticas de inundaciones y riesgos hídricos. Fue consultor en geotecnia en numerosas obras como la presa Piedra del Águila sobre el río Limay (Río Negro y Neuquén), de centrales termoeléctricas en la provincia de Tucumán, para el mineraloducto La Alumbrera y líneas de alta tensión para transporte de electricidad.   Casado, tres hijos, seis nietos.

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